Por circunstancias aleatorias esta semana he comido con tres grandes del pop-rock nacional: Alain Milhaud, Paco Martín y Carlos Galán. Tres generaciones que representan muchos de los momentos más gloriosos de la música popular española desde los 60.
El lunes recogí a Paco en la estación de Atocha (regresaba de Córdoba) y nos pegamos un homenaje en Criado (c/ Clara del Rey): un arroz con bogavante de perder el sentido (además la casa nos obsequió con media docena de ostras).
El miércoles había quedado con Alain Milhaud (nos debíamos una comida desde hacía meses). No pudimos ir a su restaurante favorito porque estaba en obras y me invitó a un clásico, el Bogotá de la calle Belén. Le llevé el ejemplar de «Bikinis, Fútbol y Rock & Roll» que le debía. Y le agradecí personalmente su colaboración e información durante la elaboración del mismo. La aportación de Alain al panorama musical español fue trascendental a lo largo de varias décadas. Y creo que está fielmente reflejada en el libro.
Ayer jueves Carlos Galán me invitó al excelente Caníbal (ex Café Oliver) de la calle Almirante, al lado de las oficinas de Subterfuge, su discográfica. A Carlos siempre le he admirado desde la distancia (nos conocimos ayer y aventuro que será el inicio de una gran amistad). Sus diversas aventuras empresariales se han traducido en historias reales de éxito y de superación de momentos difíciles. Es el abanderado de la nueva generación empresarial que surgió tras Twins (Paco Martín), DRO (Servando Carballar), GASA (Paco Trinidad, Alfonso Pérez). Las tres mencionadas son hoy parte de Warner Music, bajo la dirección de Charlie Sánchez (exDRO).
Mi agenda social de la cadena alimenticia se completa con Jorge Maldonado (martes) y Nacho Gallego (hoy).