11 de marzo de 2009
A veces hay que decir donde dije digo…digo Diego… Y ésta es una de ellas. Hace un par de semanas, con motivo de la croniquilla desesperanzada tras el empate a dos de la ida de esta ronda de Champions, me preguntaba (otro título con interrogantes) si había cambiado algo en referencia a que el inquilino del banquillo ya no era Aguirre y sí Abel. E incluso mostraba mi desesperanza porque en esas seis llegadas en cuesta que mandaba el calendario las dos primeras (Sevilla y Copa de Europa, octavos, ida) se habían saldado con desaliento.
Y es que desde que no les cuento mis impresiones a los lectores de El Mundano han pasado dos partidos en los que el Atleti, efectivamente, ha demostrado ser otro. Las citas con Barcelona y Real Madrid no han hecho sino cambiar el gesto adusto del aficionado por el más sonriente. Ante los azulgrana se ganó 4-3 y después de un 0-2 que olía a definitivo para la suerte final y ante el vecino ese 1-1 si llega a ser un 1-4 a nadie le extraña. Parece que los rojiblancos han recuperado aquella alegría goleadora de una parte de la «era-Aguirre» en que se acudía al cuerpo a cuerpo y no importaba fajarse en el intercambio de golpes, porque se sabía que la pegada de los del Manzanares era tan demoledora que, como poco, habría un guantazo de más en su haber.
Por eso entono el ¿quién dijo miedo? en las horas previas a comparecer en Das Antas. Este partido me huele a chaparrón de goles. Y no olvidemos que nos vale a partir del 2-2 cualquier empate. Forlán está fino y más goleador que nunca y lo del Kun y su ofuscación ante los tres palos debió ser cosa de una mala tarde-noche en la Castellana. Además, Simao, el ex benfiquista, estará con ganas porque vuelve con otra camiseta al feudo de un rival de otrora en la liga portuguesa, y me queda la duda de si será el Maxi acertado y entonado el que toque ver, porque el currante-trabajador siempre lo es. El medio campo está en buenas manos con Assunçao -no creo que le pueda el factor ambiente por la forma en que dejó de vestir de blanquiazul- y Raúl García, si es que no juega Camacho, que no se arrugó en su retorno a la titularidad. Y la defensa me vale con que repita la exhibición del Bernabéu con Pablo, de líder, comandando.
Que el Oporto es más «europeo» que nosotros, ahora, sí. Indudable. Todavía el Atleti necesitará años para recuperar su pedigrí europeo. Pero me parece que algún que otro video reciente escrutado por los responsables de los lusos hace que lleven unos días sin dormir tranquilos. Sólo han transcurrido 15 días, pero este Atleti no es el de la igualada de la ida en donde todos coincidían en el partidazo de quienes hoy ejercen de locales que, dicho sea de paso, parece que es oficio que se les suele atragantar. Mira: otro dato más. Y en positivo.
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