VII parte médico y/o de guerra (por Quintín Cabrera)

28 de diciembre de 2008

qc6

Nuevamente los saludo

desde mi pueblo, Luzón,

sigo esperando el pulmón

que vendrá un día, no dudo.

Llegó el otoño y su rudo

clima no me asusta

pero lo que no me gusta

es estar sin hacer nada

y esta espera, Camaradas,

es tediosa, mala, injusta.

 

Es tediosa pues me obliga

todo el rato a estar pensando

como será el día cuando

me operen y lo que siga.

El asunto tiene miga:

también  pienso en mi pasado

en cuánto me he equivocado,

cuánto he metido la pata…

Disculpen si doy la lata

y si me pongo pesado.

 

Apuesto conmigo mismo

¿en qué “parte” pararé?

¿hasta dónde llegaré

sin que gane el pesimismo?

Quiero eludir el abismo

de las falsas conclusiones.

Comparto estas reflexiones

para no sentirme aislado,

me desnudo, como he estado

siempre en todas mis canciones.

 

También es mala la espera

porque obliga a la familia

a estar siempre de vigilia

y eso, Amigos, desespera.

Si me entra la “tosera”*

y la desesperación

se me parte el corazón

viendo como se desviven

y el mal trago lo reciben

con mucha calma y tesón.

 

Me quedan muchas canciones

y abrazos por compartir,

muchas cosas por decir,

sentimientos y emociones.

Quiero vaciar mis zurrones,

dar mi corazón riendo.

La vida se me va yendo

hablo claro, no me enredo:

la muerte no me da miedo,

temo a no seguir viviendo.

 

Es injusto el esperar

porque desanima y cansa.

No hay acomodo, no hay transa,

el asunto es aguantar,

reírse y dejar pasar

el tiempo y sus inclemencias

y tomar esta experiencia

como mal trago, a pesar

de que nos haga rabiar

y cagarnos en la ciencia.

 

Porque, díganme una cosa:

¿qué les cuesta hacer pulmones

de plástico a estos cabrones?

¿o de silicona? Hermosas

van modelos primorosas

luciendo tetas de pega

¿la imaginación no llega

para fabricar achuras?

Pongo en duda la cordura

de la ciencia, que está ciega.

 

Prometo que si me hicieran

un pulmón a la medida

les dejo hacer con mi vida

todo eso que ellos quieran.

Me ofrezco para que vean

en experiencias piloto

mediante pruebas y fotos

como se portan mis fuelles

si aguanto como los bueyes

o en los aviones exploto**.

 

Lo jodido, mientras tanto

es convivir con la tos

y aguantarse, porque dos

por tres me espanto

pues me empujan hasta el llanto

los espasmos y sofocos

Amigos, no me equivoco

porque es inaguantable

ya pasa lo tolerable

y me estoy volviendo loco.

 

He resistido y resisto

y sé que resistiré.

No es un asunto de fe

ni que me crea muy listo

es supervivencia y visto

como se viene el futuro

me preparo para el duro

acontecer que me espera

No se doblará Cabrera,

Camaradas, se los juro.

 

Bueno, ahora me despido

porque no quiero cansar

así que paro el versear

y dejo el “parte” cumplido.

Si quieren venir al nido

que tiene este pajarón

aprovechen la ocasión

(no los voy a torturar

porque no puedo cantar).

Acérquense hasta Luzón.

 

*tosera: acción de toser violentamente. No sé si la palabra existe o me la acabo de inventar, pero ahora no tengo ganas de comprobarlo porque estoy tosiendo.

 

**está comprobado, esto sí, que la leyenda urbana que dice que las tetas de silicona explotan en los aviones carece de base, pero, bueno, aquí viene bien para explicarme…

qcxrl

Foto de Rossy López

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Tercer parte

 

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Sexto parte

 

 

 

3 comentarios

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3 Respuestas a “VII parte médico y/o de guerra (por Quintín Cabrera)

  1. Almanaque

    «la muerte no me da miedo,
    temo a no seguir viviendo.»

    (Simplemente genial, toda una filosofía se trasluce en esa frase).
    ¡Ánimo Quintín, todos estamos contigo!

  2. Secundo la moción de Fétido

  3. No se doble, Cabrera.
    Un abrazo.

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