16 de noviembre de 2008
Hace tiempo que no sé
cómo andas camarada
y si no te he dicho nada
es que en casa, el Interné
va como el culo y se ve
que debo arrastrar la cruz
porque no veo la luz
en el túnel en que estoy
me quejo, pateo y doy
contra un muro mi testuz.
Un informe aquí te mando
que te explica mis pesares,
Socio, que por estos lares,
sigo vivito y coleando.
Eso sí: no sé hasta cuando
(aunque no ya mismo espero)
no me doblan, compañero,
ni curas ni dictadores
me doblan estos dolores
pulmonares traicioneros
Desde tierras de Castilla
donde se encuentra Luzón
entonaré mi canción
-una gaucha milonguilla-
y aunque mi voz ya no brilla
y mi acento está opacado
por el tiempo que ha pasado
y por las enfermedades
sigo cantando verdades
y las canto en todos lados.
Así que, buen compañero,
un abrazo antes que nada.
Mi saludo, Camarada,
junto a este canto sincero.
Tomo mi guitarra, pero
solamente como apoyo
porque hoy este criollo
se vale del Interné
así que imagínese
la música y todo el rollo.
Disculpe por la tardanza
en mandarle algún escrito.
Resulta que hace un tiempito
ando mal, y en esta danza
de cambios y de mudanzas
de historias, de sofocones,
los médicos, los muy cabrones,
analizando mi tos
me han decretado ¡por dios!
enfermo de los pulmones
Por casa anda todo igual:
mi afección a los pulmones
me ha dado preocupaciones
y ando respirando mal.
Aunque me llamen bagual
no me rindo ni me canso
pues quiero curarme y, manso,
voy buscando soluciones
¡aunque esté hasta los cojones
de que me tomen por ganso!
La cosa es entreverada
como «puñau de lumbrices»:
por un lado se me dice
«no se preocupe por nada»
más por otro, camarada,
«la fibrosis pulmonar
no la sabemos curar
si no es con un transplante»
¡Con los pies para adelante
pronto me van a sacar!
La cosa es seria, no crea,
y si sigue hacia delante
sólo me espera un transplante
de pulmones. Pa’ que vea
que mi pobre vida rea
se va quedando más corta:
sedimentos en la aorta
y más grande el corazón.
Menos mal que la razón
aunque poca, no está “morta”.
En fin, que paso mis días
entre toses y sofocos
y veo que me queda poco
rollo. Aunque alegrías
si que tengo. En la vía
no se quedarán mis hijos.
Les dejo, porque eso es fijo,
poca plata y cien canciones,
herramientas y montones
de ideas con que me rijo.
Componer, compongo poco
porque soy muy exigente
y quiero darle a la gente
calidad. No me equivoco.
Yo no me como los mocos.
Dando vuelta a las palabras
cada poema se labra
con sudor y con paciencia
escribir no será ciencia
pero hace que uno se abra.
La fibrosis pulmonar
es una cosa muy rara
porque hay que plantarle cara
si uno se quiere salvar
hete aquí que mi luchar
es entrar en el por ciento
de los que tienen asiento
de este lado de la vida
y aunque la cosa es jodida
peleo hasta contra el viento.
Mi familia, macanuda:
la niña tocando el piano
y es feliz, como su hermano
y eso me sirve de ayuda.
Ferran en Coruña, suda
para mantener su prole.
Tres nietos como tres soles
son los que tengo en Galicia.
Así es que me hace justicia
la vida con sus bemoles.
Con la canción sigo igual:
lidiando contra molinos.
Ya sabe usté que mis trinos
fustigan al capital,
por eso veo normal
que me ignoren los que mandan
y silencien los que andan
adulando al influyente.
(aunque a mi canto, esta gente,
en vez de callar, agrandan)
Repito: estamos luchando
contra molinos de viento
que culo de mal asiento
no se conforma pastando.
No solamente cantando
contra del Imperio cruel:
apoyando a todo aquel
que le preocupa el futuro
y que defiende sañudo
el ejemplo de Fidel.
El pueblo donde moramos
se encuentra en Guadalajara
y aunque le parezca rara
la situación, es que estamos
desasistidos y vamos
de mal en peor y duele:
no tenemos ADSL
y se nos marcha la luz,
vea, Compadre, ¡que cruz!
¡Se me rompen los caireles!
En medio de tanto barro
la cosa va regular:
no da para tanto el bar,
pero no me como el tarro
porque cada tanto agarro
un recital bien pagado
que me salva lo apurado
de la cosa financiera
y allá marcha don Cabrera
a cantar a cualquier lado.
La casa nueva, parada,
espera tiempos mejores.
Menos mal que en los amores
y aunque nunca pasa nada,
la cosa, estabilizada,
la llevo sin tropezones.
Mis hijos, como campeones,
me cuidan y me dan mimos.
El amor que nos sentimos
vale más que mil pulmones.
En fin, sepa disculpar
si ve en mi correspondencia
atraso, alguna carencia
o fallos en mi narrar.
Mi práctica epistolar
lleva unos meses diezmada.
Ya lo sabe camarada:
es la salud susodicha,
amén de alguna desdicha
que da el cambiar de morada.
Como aquel gaucho decía
“quede con dios, compañero.
Yo, con la virgen”. Espero
que lo pase bien y el día
que por avión u otra vía
se acerque por estos pagos
será colmado de halagos
por mi amistad verdadera.
Lo espera Quintín Cabrera
con guitarra, mate y tragos.
Hoy, tanto tiempo después, he recordado a Quintín cuando he oído con mi hija Carlota, de siete años, su versión del «¿De qué se ríe Sr. Ministro? Le he explicado que yo estudié con Quintín en la Facultad de Periodismo, en Bellaterra, y le he dicho que ya entonces era un tío valioso. Le he puesto al «cantor Cabrera» como ejemplo de que no hace falta ser rico para ser valioso. No olvidaré a Quintín, fue un honor conocerle… y un gusto volver a él.
Ay, Quintín, sigue resoplando, viejo.Necesitamos tu gozo grande , tus manos acogedoras y tu verbo de sentido cuerpo .
Ay, Quintín, lucha, hermano, que los frívolos y mendaces tiempos no corroan ni tu risa ni tu criollo acento..
Ay, Quintín, que nos queda un trecho de trinchera para desenmacarar a tanto cuervo…
Estimado compatriota,
Es usted un ejemplo de coraje y de integridad. Siga adelante, jugando la carrera como un campeón.
Un fuerte abrazo de una uruguaya de ley.
S.L.
¡Abran cancha! ¡A descubrirse!
¡Que con Gómez llegó el mejor comentario en verso
de El Mundano, que de gala se viste!
Abran cancha, camaradas,
que llegó Quintín Cabrera,
cantor de sueños y lunas,
de injusticias y de afrentas,
de ilusiones y de amores,
de verdades verdaderas,
que hasta El Mundano ha traído
sus décimas o espinelas.
Prestad atención, os ruego,
No son rimas trapaceras:
son versos de barro y sangre
que entre bromas y entre veras
van hablando de la vida
que el cantor ahora se juega.
Ironiza, pues valiente,
lo es tanto como cualquiera,
pero saltan tras las risas
chispas de sangre en las venas.
No es conformista el cantante
ni aunque ejerza de poeta,
que es jerarquía más alta
en la rama de las letras.
Fue rebelde desde niño
Y ahora también se rebela
con sus pulmones de fuelle
contra ese puto enfisema.
Nunca se rindió este gaucho,
no iba a ser la vez primera,
que no cambia condición
quien mantiene la firmeza.
(Y no sigo este camino,
que las lágrimas acechan.
No quiero llorar ahora,
así que acabo estas letras):
Reciba usted un abrazo
de este amigo tan malqueda
que en romance castellano
la bienvenida le entrega.
(De otras cosas ya hablaremos,
despacio, de boca a oreja)
¡Abran cancha! ¡A descubrirse!
Que llegó Quintín Cabrera.
Grande,Quintin. Muy grande.
espero que la tierra de Luzón saque el mal de sus pulmones y al igual que los bosques calcinados de esa tierra, retoñen fuertes y renovados.
Grande Quintín. Aunque él no lo recuerde, puesto que ni me conoce ni sabe quien soy, estuve sentado a su lado en la presentación en la SGAE del ‘Canto emigrado de América Latina’. Y fui testigo privilegiado de como se acercó Antonio Gómez, con lágrimas en los ojos, justo al acabar Quintín de leer sus décimas. Todos teníamos un nudo en la garganta, y Quintín le dio a Antonio los folios que contenían lo que acababa de leer. No pude articular palabra, sólo un ‘gracias’ que nadie oyó.
otro genio uruguayo ….. ¿conoces a Abel Soria, Adrian?
Que maravilla dar las noticias en verso.
Y tomar el dolor con poesía, siempre.
“A pesar de que se agudizan los sentidos
¡nadar contra corriente cansa tanto!
Que aunque se junten los soles del camino
Su calor no abriga este cansancio.
…
Hay veces que flaquea la esperanza,
¡nadar contra corriente cansa tanto!
Y en ocasiones, la alegría de la lucha
Compensa con creces el cansancio.”
Quintín Cabrera: “Arte poética”
Con estos versos de Quintín cerraba Antonio Gómez el post “Cantantes españoles nacidos en Sudamérica”
Donde apuntaba la publicación de las décimas del maestro uruguayo. Pues bien, hoy estamos de estreno porque aparecen las primeras. Y serán todos los domingos. De momento hay siete “Partes médicos y/o de guerra”.