29 de septiembre de 2008
Ha pasado la semana de los 9 puntos de la Liga, que no de los de sutura (aunque también, según se mire). Y el panorama se va aclarando por arriba. Ha habido una pequeña criba. Teniendo en cuenta que se ha disputado la sexta parte del campeonato más o menos, ya podemos sacar algunas conclusiones, y referidas sólo a los de cabeza.
No concuerdo con que el Valencia hizo mala temporada la pasada. Ganó la Copa. Y por eso disputó la Supercopa (que perdió ante el Campeón de Liga, el Real Madrid). Solventados sus problemas estructurales y recuperados jugadores esenciales como Albelda vuelven por sus fueros. Y darán guerra hasta el final, comandados por uno de los técnicos jóvenes más prometedores del futbol nacional.
Mi amigo Jorge pensaba antes de comenzar el campeonato que el Villareal es serio candidato al titulo. Son los subcampeones de Liga y nunca habían empezado tan bien. Normalmente flojean al principio y terminan muy bien. El grupo que les ha tocado en Champions parece haber marcado su estado de forma actual. Veremos como evolucionan, porque si terminan igual que siempre ¡se lo llevan fijo!
Y llegamos a mi Real Madrid. ¿Mejor qué la temporada pasada? Pues si, al menos en Liga. Perdimos en Coruña, como siempre desde hace 18 temporadas, y como la temporada pasada sufrimos con un recién ascendido y le metimos 7 a otro. Pero además ganamos al Betis –el año pasado perdimos- y nos llevamos la Supercopa en un partidazo remontando al Valencia en el Bernabéu (el año pasado en otro gran encuentro se impuso el Sevilla, todavía con Juande Ramos y Puerta). Lo que viene a darme la razón cuando escribí ¿Fichajes? ¿Qué fichajes? Porque somos los máximos goleadores, marcando más que en la Liga anterior por estas fechas, con 16 –seguidos por Valencia y Barça con 12- pero recibimos el doble que el año pasado. Y eso que contra el Betis volvió el santo, Casillas (con el verano terminado parece que ha ocurrido lo mismo con las fiestas de “sus pueblos”). La vuelta de Cannavaro en tan sólo dos partidos ha significado solamente un gol en contra (aunque el de mañana en Rusia me da pavor). ¿Nostramundanus? No, simple conocimiento y sentido común… Como con Diarrá, al que ahora ¡por fin! parecen haber descubierto los medios.
El Sevilla dio un golpe de mano anoche en el Calderón. Darán guerra, serán decisivos para los demás aspirantes, pero quizás les falta ese “bonus” del que habla Schuster (al referirse a Raúl). Puedo equivocarme, pero no creo. Eso si, cuentan con grandes delanteros (Navas, Capel, Kanouté y Luis Fabiano)
¿El Barça? Juegan como nunca y les ayudan como siempre, a pesar del arsenal que alinean. Lo que más me sorprende es que llevan dos años reforzando la base defensiva con buenos jugadores, pero no parecen acoplarlos. Son uno de los grandes favoritos del póker de aspirantes reales (Madrid, Valencia y Villareal).
El Almería está imbatido, junto a Sevilla, Valencia y Villareal. Han empezado muy bien, pero opino que tienen una baja decisiva: su técnico del año pasado, Unai Emery, que ahora ocupa el banquillo ché.
Y finalmente el Atlético de Madrid, juez y parte de la fase actual de la Liga. Anoche perdieron en casa contra el Sevilla, el sábado van al Nou Camp y después se enfrentan consecutivamente a Real Madrid y Villareal. Además de tener la Champions por en medio. Sus posibilidades pasan por lo que suceda en estos partidos, en los que se enfrentan a los que ocupan la parte alta de la tabla. Y pueden morir matando.
Es inevitable no mencionar los incidentes producidos este fin de semana, tanto dentro del estadio (Espanyol/Barça) como fuera (Atlético de Madrid/Sevilla) y la nefasta actuación de las fuerzas de seguridad en Barcelona y la previsión y buen hacer de las mismas en Madrid. Y una vez más, el maestro Relaño clarifica en el editorial de AS de hoy que comienza:
“Voy a hacer una caricatura: un grupo de ‘jarrais’ se reúne en un bar, a un par de kilómetros del lugar donde se va a celebrar un congreso de la Sociedad para la Palabra Culta y las Buenas Costumbres. Su intención, claro, es ir allí para reventarla. La Ertzaintza, que lo sabe, acude al bar, los escolta por la calle, mientras hacen el borrico, les mete allí. Una vez dentro, los organizadores advierten a la Ertzaintza de que llevan huevos y piedras. No se les quita. Los lanzan al escenario, interrumpen el acto. Se quedan allí hasta el final, cuando son aclamados por algunos de los conferenciantes.”
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