21 de septiembre
En un suelto de las paginas económicas –hoy en día son desafortunadamente la sección estrella de los diarios- tropecé con “el caso CajaGranada”. El titular y la noticia respondían a las teóricas normas empresariales habituales. El presidente de la caja de ahorros, Don Antonio Claret García, confirmaba el despido de su cúpula en la Comunidad Autónoma de Madrid: el jefe de zona y cuatro directores de oficina (de las 10 que tienen en la CAM). Según la entidad los directivos habían concedido créditos hipotecarios de alto riesgo por un importe de 30 millones de euros. El único interés que les movió era cumplir con los objetivos asignados. La caja, que confía en recuperar parte de estos préstamos, ha empezado a provisionarlos en sus cuentas semestrales. Asimismo el máximo ejecutivo niega que el reciente relevo en la Dirección General esté relacionado con este asunto.
Hasta aquí todo parece en orden. El que la hace la paga y los objetivos para incentivar -a veces- provocan situaciones irregulares, que al ser detectadas son atajadas y debidamente anotadas en los balances y cuentas de resultados. Es la lógica conductista del capitalismo, que entre las numerosas técnicas disponibles encuentra en el premio (gratificación económica) y el castigo (despido) su razón de ser.
¿Y los gigantes de la banca de inversión estadounidense? Esos Lehman Brothers, Merrill Lynch o Morgan Stanley con los que nos hemos familiarizado estos días. ¿No actúan como CajaGranada? Es obvio que no. Tan solo unos ejemplos:
· John Tain, primer ejecutivo de Merrill Lynch ingresó 83 millones de dólares entre bonos y stock options, sobre un salario de solamente 57.692 $
· Por su parte E. Stanley O’Neal de Morgan Stanley se retiraba el año pasado con una compensación de 161 millones de dólares, tras conducir a su firma al abismo.
· Richard Fuld, el Presidente de Lehman Brothers, centenaria institución financiera que acaba de quebrar, ganó casi 500 millones de dólares entre 1993 y 2007. El año pasado se embolsó unos ¡45 millones de dólares! Meses después, los resultados del primer semestre de 2008 mostraban el primer resultado negativo en la historia del banco. Y al no encontrar nuevas inyecciones de capital, quebraban poco más tarde, al conocerse los datos del tercer trimestre del año en curso. Es decir habría cobrado unos 17.000 dólares la hora por hundir a su empresa. Los cálculos son de una empresa especializada en remuneración de ejecutivos llamada Equilar.
¿Cómo puede ser? Así de repente. De buenas a primeras. ¿Qué tipo de enjuagues habían efectuado en las cuentas de sus empresas, para aumentar sus compensaciones económicas? Los tres citados –además de otro puñado de directivos excelentemente remunerados– dirigían las compañías que han convulsionado las finanzas mundiales. Y ellos se irán de rositas (E. Stanley O’Neal ha sido el más rápido). No devolverán un dólar de lo ganado. Porque como mucho perderán el bono de este año -¡faltaría más!- e incluso alguno puede llegar a ser despedido. Y conviene recordar que sus contratos, negociados en los tiempos de “las vacas gordas”, están blindados (con lo que volverán a forrarse).
¿Y los auditores? No tienen nada que decir. ¿No detectaron nada?
¿Y las agencias de calificación o de rating? Las mismas que hasta un día antes del colapso seguían otorgando sus bendiciones y por tanto avalando, con sus dictámenes, la solvencia de estos holdings financieros.
¿Quien vigila a los vigilantes? Quizás aquí –en parte- esté una de las raíces del problema: la excesiva desregularización. Que hace saltar por los aires toda la política neocon.
¿Y el FMI? Responsable de una de las (frecuentes) ruinas de Argentina –por seguir sus recomendaciones- y que negó ayudas en la crisis de Corea del Sur. Las mismas que ahora quieren para USA, porque Sr. Escolar recuerde que ahora al frente del Fondo Monetario Internacional está un socialdemócrata – del partido socialista francés para más señas- que sustituyo al “fugado” Rodrigo Rato.
El término “liberal” tiene una acepción en Europa y otra en USA, donde es un eufemismo de “progre” (de claras connotaciones despectivas). El exagerado “liberalismo” (como lo entendemos en Europa) ha dado paso a una barra libre. La misma que mencionaba “off the record” el Presidente Bush II al referirse a “la borrachera” de Wall Street. Y que tantas críticas cosechó. ¡Para una vez que acierta en un análisis de situación! Pero claro, ha perdido toda la credibilidad. Y sus ocho años serán recordados como los de las armas de destrucción masivas -que generaron mentiras masivas- y las quiebras masivas –que están provocando nacionalizaciones masivas- valgan las redundancias masivas.
Y precisamente estas intervenciones estatales en el mercado, han sido hasta ahora anatemas para los neocon que han regido los destinos del Imperio. Gente como Paul Wolfowicz, uno de los ideólogos de estos conservadores tan cercanos a la extrema derecha, que no sólo fue Presidente del Banco Mundial sino también adalid de la invasión de Irak, desde su puesto en Defensa. El mismo que salivaba su mano para mesarse los cabellos o vestía con tomates en los calcetines. Y ahora, ante el rumbo de los acontecimientos, recomiendan usar fondos públicos, es decir dinero de los contribuyentes, para salvarles los muebles a los organizadores del botellón.
Avisaba Paul Krugman, en el New York Times del viernes 19, que “muchos en Washington parecían haber decidido que el gobierno no era el problema sino la solución”. En plan europeo. De hecho el plan de rescate parece seguir las pautas del de Suecia, a principios de los 90. Y tendrían que aclarar si están dispuestos a adoptar el férreo control de los suecos. Porque si no lo están, podría suceder que las medidas no fuesen las acertadas y simplemente sirviesen para ayudar –nuevamente- a los amigotes en apuros.
Krugman añadía que “lo impensable –la compra publica de la gran mayoría de los créditos privados de riesgo- se había convertido en inevitable.”.
De momento la confirmación del plan por parte de las autoridades estadounidenses disparó las bolsas en el último día de la semana….
“You call yourself a Christian;
I think that you’re a hypocrite;
You say you are a patriot;
I think that you’re a crock of shit”
“Te defines como un Cristiano
Y yo pienso que eres un hipócrita
Dices que eres un patriota
Y yo pienso que eres un montón de mierda”
“Sweet Neocon” The Rolling Stones
La imagen de los iconos liberales es de mycockringnomedejapensar y la vi en Las penas del Agente Smith.